Después de un incendio que arrasó una buena parte de monte (parte comunal y parte privada), reforestamos una pequeña parcela con árboles variados: castaños, nogales, alcornoques, encinas, roble americano, arces, castaño de indias, pino piñonero, níspero de montaña y ciruelo silvestre.
Todos los árboles, los habíamos sembrado hacía unos 3-4 años.
En la parcela quedaban, todavía vivos, algún carballo (roble) y un castaño pequeño.
Nuestro ayudante Silva, encima de los restos de un pino.
Además, sembramos algunas semillas de endrinos, majuelos (espino albar), espino amarillo y alguna que otra acacia. Y transplantamos alguna frambuesa.
Así se han quedado todo el invierno.